26 de agosto de 2014
23 de agosto de 2014
Virgo: La cajita
En el hospital, él levantó la mirada, y ella traspasó el vidrio de la ventana, y voló por entre grúas y altos edificios. Pasó por arriba de avenidas llenas de cuerdos y llegó a la costa.
Se detuvo allí observando el cielo, y entre pastos y lágrimas se dejó invadir por el pánico, el terror, el miedo de ser. Se dejó absorber por sensaciones de raíces profundas y no lo pudo evitar. No veía una forma de esquivar estos sentimientos tan hondos, pero realmente no quiso evitarlos. No, esta vez no escapó.
Luego de un indefinido momento, guardó en sí misma esta imagen para no perderla, para que sea infinita, pero no se fue rápidamente del lugar; durante otro tiempo indefinido, la mirada permaneció allí, contemplando este tibio cielo otoñal, de nubes en forma de franjas rojas, altas, lejanas, solemnes y llenas de sangre. Nubes que se iban hacia alguna unidad original, mas allá del horizonte, lenta e inexorablemente...
Él cerró la cajita de madera, que sonó tenue y seca, la posó en su falda y acomodó sus sabanas, sin quitar los ojos de la ventana. Parpadeó, luego cerro los ojos, y ella recorrió el camino de vuelta, atravesó avenidas, edificios, grúas, traspasó la ventana de persianas blancas para finalmente posarse pesada, agobiada y aburridamente sobre las blancas sábanas de la cama de metal.
Se detuvo allí observando el cielo, y entre pastos y lágrimas se dejó invadir por el pánico, el terror, el miedo de ser. Se dejó absorber por sensaciones de raíces profundas y no lo pudo evitar. No veía una forma de esquivar estos sentimientos tan hondos, pero realmente no quiso evitarlos. No, esta vez no escapó.
Luego de un indefinido momento, guardó en sí misma esta imagen para no perderla, para que sea infinita, pero no se fue rápidamente del lugar; durante otro tiempo indefinido, la mirada permaneció allí, contemplando este tibio cielo otoñal, de nubes en forma de franjas rojas, altas, lejanas, solemnes y llenas de sangre. Nubes que se iban hacia alguna unidad original, mas allá del horizonte, lenta e inexorablemente...
Él cerró la cajita de madera, que sonó tenue y seca, la posó en su falda y acomodó sus sabanas, sin quitar los ojos de la ventana. Parpadeó, luego cerro los ojos, y ella recorrió el camino de vuelta, atravesó avenidas, edificios, grúas, traspasó la ventana de persianas blancas para finalmente posarse pesada, agobiada y aburridamente sobre las blancas sábanas de la cama de metal.
16 de agosto de 2014
15 de agosto de 2014
Deiwos
Si,
pero miro fijamente el embudo
agazapado bajo mi presa
veo gotear el tiempo lentamente
esperando con ojos apretados
llenos de sangre espesa
Alguna vez dije aquello
alguna vez lo entendí
ahora solo espero que caigan
diluidas mis palabras
diluidas sobre mi
Aquí están ellas
escondidas en cajones
escondidas de la luz
esperando fríamente el destino
de desconsolante eternidad
Sufre!, sufre!, sufre!
Quieren sufrir!
Nutre!, nutre!, nutre!
Quieren morir!
Mugre!, mugre!, mugre!
ya llega a su fin!
Asco!, asco!, asco!
de verme así.
Muerde, muerde, muerde!
Mi carne libre.
Mi diablo por fin quiere explotar,
si.
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