28 de junio de 2015

El turno

Era noche cerrada y yo seguía esperando, cruzado de brazos con los ojos en el camino. Desde mi silla mecedora acumulaba alcohol en las venas, sangre en los ojos, esperando... esperando. Esperándola. Horas pasé frente a la ventana, siglos enteros con los ojos fijos en el camino, en el caminito de piedras de la entrada. Con tanta dedicación habíamos construido este hogar, ladrillo a ladrillo, habíamos plantado las semillas que crearían este jardín hermoso, geranios, petunias, hortensias y en el centro, el caminito hecho con piedras pulidas, hermosas piedras que elegimos una tarde ya lejana, lo atravesaba como un puente que nos llevaba del gris y rutinario mundo, al mundo de fantasía que habíamos creado. 

Estos pensamientos eran una nube en mi cabeza, recuerdos felices, llenos de amor y compañerismo, de arduo trabajo, y ahora, ahora venía la tormenta. Como cuando el viento viene cargado de electricidad y trae nubes negras, llenas de agua y odio. 

Relámpagos estallaron en mi cabeza, ¡La vi! ¡Yo la vi! No hay forma de evitarlo. Sé lo que vi. Era un tipo alto, tenía bigote, tenía corbata. Vi sus asquerosas manos sobre las de ella. No podré olvidar nunca sus miradas eléctricas, su abrazo apretado, tan apretado para ser amistoso. Pura ¡Pura! Yo creía que era pura, y no era cierto. Desde la vereda de enfrente yo iba a sorprenderla, iba a agitar mis brazos frente a la puerta de su trabajo ¡Yo iba a abrazarla! ¡Yo iba a besarla! Por suerte no la besó, por suerte. Pero ese repugnante contacto me bastó, me fui sin ser visto.

Luego viene la nube negra, la siento en mis pensamientos: yo soy su hombre, yo soy su hombre... Ella es mía, mía, de nadie más... ella era mía... 

Sigo hamacándome en mi silla, la sigo esperando, no puedo más. ¡No! ¡No puedo! Atrevida, me quiere hacer creer que está con su amiga. Pero no, yo sé la verdad, la intuyo, la siento como un fuego que sube desde mi estómago, está con él. Está con el y la tormenta se viene. Empiezo a escuchar las ráfagas sibilinas, se mezclan con mi huracán interior, pero estoy decidido: prefiero sentir culpa a sentir celos. Esta noche se arregla todo. Ya está empezando a llover. Siento un rayo caer cerca. Ella viene apurada por el camino... Es mi turno.



24 de junio de 2015

Adecuación para el camino

Pocas palabras grises quedan. Desintegración.

Caen mis fragmentos con cada pisada que doy; parecen escamas viejas que señalan el camino y la muerte. 

Me despedazo constantemente, tiendo a cero y un segundo antes de que nada quede de mi; la energía explota.

Volcán plutónico. Sinapsis química; activa la mente; activo el cuerpo. Energía planetaria, universal, unitaria; no es posible controlarla; marca y sigue su camino por si misma.

Lo recuerdo una vez mas y cambia la intensidad de mis pisadas. 


21 de junio de 2015

Después del golpe, nuevas cosas

Antes de llegar a la adultez sufrió uno de esos golpes que la vida tiene preparados desde nuestro nacimiento. No viene al caso lo que provocó el golpe, sino las consecuencias. En efecto, la metamorfosis que lo llevó a transformar su mente adolescente en la de un hombre grande, comenzó el día en que acurrucado en su cama, tapado con todas sus frazadas sintió un profundo dolor. 

Una puñalada constante en el pecho, una implosión catastrófica desatándose en su interior era lo que sintió, aquella, la noche mas larga que había tenido.

Con el corazón y la mente desarmada miró hacia un costado. La habitación reflejaba su estado, botellas con nombres raros tiradas en el piso, papeles y ropa arrojados por todos lados, que junto al olor a encierro y los grafitis rocanroleros que había hecho tiempo atrás, conformaban un escenario dantesco. Allí, próxima a la puerta estaban las latas de pintura en aerosol. Con ellas había adornado muchas esquinas, muros y paredes, había dejado frases en lugares estratégicos, y ahora, esas latas eran su salvación, como siempre habían sido.

Luego miró hacia adentro y vio que brotaba de entre enredadas raíces negras, un haz de luz. Era la fe y la esperanza. 

Supo que allí, en ese momento, en ese lugar, había un final, y que después de todo desenlace, vendría un nuevo comienzo. Así que decidió dejar salir al monstruo. Esa noche, la más larga que había tenido, salió, a pesar del terrible frío de la calle y se dirigió al cementerio. En el muro que daba hacia la avenida grafiteó lo siguiente: 'COMIENZO Y FINAL: SOLSTICIO DE INVIERNO DE 1973' y más abajo 'TODO ESTÁ PERDONADO'.

Con lagrimas en los ojos contempló las letras, el sol estaba saliendo. Ese 21 de junio su carga se alivió y quedó espacio para nuevas cosas.



15 de junio de 2015

Los sueños locos

La extraordinaria idea surgió de +Ana Lía Rodríguez en +Relatos Extraordinarios y consistía en compartir micro cuentos relacionados con el mundo de los sueños. Vale la pena leer la participación de todos, realmente quedó muy bueno.

El resultado del desafío está aquí



12 de junio de 2015

De la pecera al mar

Para Boddah:

Ojalá tuviera una máquina del tiempo para enmendar mis errores y mitigar esta culpa. Ojalá fuera cierto que el tiempo cura todas las heridas, no, no funcionó conmigo. Ojalá estas venas no estuvieran abiertas, pero lo lamento, he fallado. Por último, espero que estés equivocado, que la muerte sea eterna y no exista el Karma. 

No, no quiero que existas.



5 de junio de 2015

Mirando los ojos del perro

¿Qué describir?
Otra hoja en blanco
otro vómito gris
o al corazón ennegreciendo.

¿Qué importa?
Nada, se sabe bien.
Nada se sabe bien.
Nada sabe bien.

¿Qué hacer?
Acción e inacción
dan lo mismo,
saldo negativo.

¿Qué quiero?
El entonces cotidiano
salirme de esta piel
o la mezcla justa.

¿Qué puedo?
Lo que quiera, me diría.
Pero me digo que no sé
Estos hombros están cansados.

¿Qué intuyo?