20 de octubre de 2015

En la tierra

Caen las banderas en la tierra ensangrentada.
Donde luchan los que creen, donde mueren los que matan.
¡Destruyan esos símbolos del Dios que nos invade!
¡Destruyan Su poder o que el nuestro nos castigue!

¡Que la lucha no decaiga! Gritó el Rey también.
Con la mano en su bolsillo con oro ensangrentado.
Para luego perfumarse con el néctar de los muertos.
Vistiendo pieles fieles e infieles por igual.

¿Y si la fe es fabricada, minuciosa y detallada
por las mentes mas comunes, por las mentes desalmadas?
¿Y si todos los que mueren en la tierra ensangrentada
al soltar esas banderas, sueñan juntos en la nada?

Yo escucho los estruendos lejanos en la noche.
Ecos de las voces desgarradas por la guerra.
Vienen imparables, a sonar en mi garganta.
Sin temor y sin piedad a tronar ellas vienen.

Y no duermen ya mis ojos esperando tensamente
Las bombas sobre el techo de esta casa sin fervor.
Esperando los segundos, apretado en mi garganta
solo quiero cura o muerte, o la mezcla de las dos.



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