5 de octubre de 2015

Toma 6

Toma uno.
Cae desde alto.
Tan alto que el suelo es lejano.

Toma dos.
El árbol se astilla y cae.
Produce ecos a distancias lejanas.
Que escucha aquel que pone la oreja en el pecho.
Y solo aquel que conoce cada nota de la canción.

Toma tres.
Para despertar dormido.
Abriendo los ojos bajo el agua nocturna.
Iluminado pobremente con su propia luz, y nada.
Nada en dirección contraria a la que creía estar nadando hasta ese momento, acepta su visión perfecta en negativo, para corregir luego su errado camino hacia el final, y nacer.

Toma cuatro.
Aire respira y afuera se siente mejor.
Si, aún mejor en su "por fin".

Toma cinco.
Camina torpemente, casi ciego.
Choca contra un cristal.

Toma seis.
...y escribe esto.




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