8 de octubre de 2015

Eterno tenis

No mucho.
Quejas no hay.
Ni un grito.
Y eso que me fijé bien.

Claro que es raro.
Sería raro que no lo fuera.
Lo raro de lo raro
es que no está vacío.

¿Me estoy quedando sordo?
No, no esta vez.
No podría, es imposible.
Y ahora algo huele mal.

Dejadez culposa
anulada por la acción.
Empata el partido.
Eterno tenis.

Saludemos el empate.
Dame esa mano sudada.
Empaca tus cosas.
Nos vamos a Boston.



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